sábado, 10 de octubre de 2015

Solo

Solo.
Soy la lagrima
que baila al vuelo
esperando
llegar al suelo.

Soy el miedo encerrado.
Soy vacio, soy dolor.

Soy oscuro pensamiento.
Soy tormento, soy dolor.

Soy secreta frustación.
Soy olvido, soy dolor.

Tanto tiempo reprimida
esa parte, se ha vuelto tumor,
que a veces daña, y elimina
de mi vida la alegría, su sabor.

¿Por qué no puedo oler
como los demás, el olor,
del pelo, de la risa,
del susurro, de la flor?

¡Qué tan mal augurio conseguido!
Siempre intentando dar lo mejor,
que en vano me ha servido,
pues no ha mitigado este dolor.

martes, 8 de septiembre de 2015

¿Quién?

¿Quién eres tú para mandar?
¿Por qué ellos tienen que obedecer,
lo que tu impongas, lo que tu decidas?
Son libres de vivir su propia vida.
¿Quién eres tú para limitar
sus fronteras, su imaginación,
sus emociones y deseos,
su amor y sus anhelos?
¿Quién eres tú para juzgar?
¿Acaso has vivido aquello,
de lo que tanto miedo tenemos
y que estamos tan dispuestos
a evitar?
Sin saber de los que luchan
aquellos que creen que es causa justa
muchas veces, nuestra causa vulgar.
¿Quién eres tú entonces para llorar?
Deja de lado tus problemas vanales,
pues son así cuando hablamos
de las vidas que hay que salvar.
De las vidas que tenemos que salvar,
no solo por ellos, no;
sino para demostrar nuestra humanidad.

viernes, 28 de agosto de 2015

3ª Recopilación de poemas

I

Volverá el juego de miradas
por la ilusión inventada,
creyendo que tu sientes algo,
sabiendo que queda en nada.

Siempre magullada esperanza
la realidad no alcanza
aquello que ansias.
La lucha sabe amarga.

¿Por qué vuelve aquí?
Por qué, si no la quiero,
magullado paso trajo,
cuando pasó de mí.

¿Por qué sigo queriendo?
¿No lo había desterrado?
¿Solo había muerto en vano?
¿Por qué entonces pienso en tí?

II

El día que nos juntemos
los planetas se alinearán
y mirarán curiosos,
nuestras ganas de besar.
El día que nos miremos
el mundo se dentendrá
con la absoluta certeza
de que nada nos podrá separar.
El día que caminemos
juntos de la mano
y el campo se extremezca
al ver el llanto pasar.
El día que nos besemos
y las estrellas tiemblen
al ver aquella luz
que nos envuelve.
Ese día está lejos, sí.
Pero es un día
por el que merece la pena esperar.

III

Creía estar helado
una carcel de hielo
agradable al tacto
en la que no era ciego.

Pues veía sus paredes,
blancas de pureza
escarcha que me mece
alivio de cabeza.

Pero el agua congeló
y aún así el corazón
no quedo congelado.

La prisión se desquebraja
el pilar se unde
vuelve la insufrible mortaja.

IV

No eres la luz al final del tunel
ni espero que lo seas
no eres la conclusión de mi destino.
No es tu tarea.

No eres la balada deseada.
El cántico esperado
la mirada abrumadora
ni un amor desangrado.

Eres luz, eres guía
de mis pasos y mis días
estrella que sigo, perdida.

Eres la sombra que acompaña
esperanza en el tunel
emprendedora de mi batalla.


Y por ello te da gracias
este humilde caballero
que paso de ser siervo
a ser dueño de sus entrañas.

lunes, 24 de agosto de 2015

Reseña: Todas las hadas del reino

Este es uno de esos libros que probablemente, al igual que "Donde los árboles cantan", no habría siquiera prestado atención sino fuera porque estoy enamorado de la autora. De sus libros, quiero decir. Sencillamente, la temática medieval nunca me ha llamado demasiado la atención (pero ahí me tienes, gritando que Patrick Rothfuss es Dios y Crónica del Asesino de Reyes es su Profeta), pero este es un libro muy, muy peculiar.
Lo primero, no os dejeis engañar por la sinopsis. Simón no es un muchacho especial, ni tiene un maleficio ni nada por el estilo. Aquí la protagonista de la historia es Camelia (sí, un hada madrina haciendo de prota, como mola romper estereotipos), alguien con quien me he podido sentir un tanto identificado, al igual que muchos lectores. Básicamente, porque es la  "currita" dentro de su grupo y, como suele pasar, sus aciertos pasan desapercibidos pero sus errores suman. El mundo que representan es, en realidad, un conglomerado de historias expuestas en sus respectivos reinos donde las hadas madrinas representan un papel esencial en el transcurso de las vidas de ciertos mortales y en la realización de sus deseos. Para que os hagais una idea, si este libro fuera un video de youtube, de la cantidad de strikes que le hubieran metido por copyright lo habrían desterrado del Universo conocido. Y ahí es donde Laura Gallego Garcia llega con toda su gracia y entrelaza todas las historias de modo de que no solo sean amenas, sino que den sentido a ciertas partes de la trama arguemental. Algunos cameos son absolutamente premeditados y visibles, pero otros son algo más sutiles ((SPOILER ALERT---Qué raro que en el bosque del lobo ancestral Camelia le de a Asteria una capa roja, ¿a qué sí?---CIERRO SPOLIER))
No he podido sacarle ningún defecto a este libro, y realmente he disfrutado leyéndolo. Sin embargo, no me ha dejado marca, y al no ser parte de una serie tampoco me ha dejado con ganas de más. Si tuviera que ponerle nota, sería algo así como un 4.5/5. Eso si, una cosa innegable es que el libro acaba como tiene que acabar y no la caga al final (como tantos otros...).Es mi recomendación personal para aquellos que quieran retomar su hábito de lectura o darse un descanso de alguna serie de libros densa (Puertas de Piedra, pronto seras mío, muajajaja).

sábado, 22 de agosto de 2015

Desahogo I

Sea una indirecta
o sin serlo, simplemente.
¡A la mierda!, estoy vencido,
y cansado.
Que ya lo conozco, ya,
que mi ilusión siempre es,
cuanto menos contrariada.
No sirve de nada escribir.
No sirve de nada hablar.
Ni sirve de nada pensar,
en aquello que por ser pensado,
nunca, repito nunca,
se convierte en realidad.
¿Pero tú ya lo sabes, verdad?
¿Por qué, estúpido cerebro, por qué
te empeñas en idear
aquello que por ser ideado
ilusionado y alentado,
nunca, repito nunca, se hará realidad?
Sencillamente espero algún día,
en que dicha tortura termine,
bien porque no quiera más,
no espere nada de los demás,
pueda afrontar la soledad
y deje de autocompadecerme en esta espiral
de desastres que se suceden
y que dan lugar a la persona
que ahora mismo escribiendo se desahoga.

martes, 11 de agosto de 2015

Dejame

Dejame solo esta noche
conocerte, como nadie a hecho,
y créeme, que no habrá veneno,
en las mordidas que caerán en proclive vuelo.
Hacia tu cuello.
Hacia tus cabellos y senos.
Créeme, querrás no haber visto el cielo
cuando, por la noche, prenda el vuelo.

Déjame desnudarte,
interiormente a palabras,
y salvajemente a dentelladas
tu exterior al exterior, extasiada.
Como cruelmente engañada.
Como exotericamente emocionada.
Créeme, querrás no haber visto el cielo
cuando, por la noche, prenda el vuelo.

Dejame engatusarte.
Que la naturaleza vaya a su curso,
mientras la mente disfruta del fruto
de mis salvas, de mi amor ya no más mudo.
No perteneciente a este mundo.
Llegaré hasta tu rincón más profundo.
Créeme, querrás no haber visto el cielo
cuando, por la noche, prenda el vuelo.

viernes, 31 de julio de 2015

Tiempo

El tiempo pasa inalterable.
Impasible. Inaudible. Intachable.
Arrastra los segundos.
Y con ellos los minutos.
Y, como buen reloj, los años,
que pasan, habiendo resuelto daños,
habiendo creado heridas,
sabiendo que nunca serás, ni fuiste mía.
Pero también queda lugar al buen recuerdo,
aquel del cual no miento,
aquel que enciende mi vida, que palpita,
que mantiene la poca alegría,
que me queda pese a todo.
Pese a todo, y por ello imploro,
algún cambio en mi rutina, mi saber,
que me permita volar y no caer,
me haga reir, y no llorar.
¿Pues quién no quisiera volar?
Lejos de aquí, espero,
hacía una nueva aventura, yo quiero.
Hacía un nuevo yo, tal vez.